martes, 15 de enero de 2013

BRAZOS ABIERTOS




¿Qué han hecho mis manos acumulando tiempos distantes,
bostezos que titilan en el aire en busca de la confortable somnolencia?
Y heme aquí con los brazos abiertos al encuentro que no llega,
no abre la puerta, no interrumpe el monólogo del silencio,
una plática inconclusa  con el espejo del pasado.

Sólo se escucha el tintineo continuo y monótono  del péndulo
suspendido en medio de la soledad del reloj
y la siesta se toma la tarde como si fuera lo único  existente.

Hoy seguiré esperando el ruido de la llave en la cerradura,
el accionar de  cortinas al viento, gorjeos de aves,
pasos de lluvia subiendo las escaleras  del tejado
y la voz quebrada del silencio anunciando que has llegado.
Sólo entonces,
podré cerrar los brazos al esperado encuentro,
al beso que sellará mis labios y devolverá la sonrisa
a mi solitario corazón.
Sólo entonces,
dejaré  escapar el lamento que mantenía encerrado
entre las páginas de mi libro,
lo dejaré partir y supliré esas páginas de mi vida
con la dulce melodía de tu presencia.

La noche cae, ciega mi ventana, apaga el neón de la calle.
Todo yace oscurecido dando tumbos de un lado a otro,
no hay pasos que se aproximen, no hay un llamado.
Y yo, cierro los ojos a la inmensidad del llanto,
y me digo, 
una y otra vez,  como una forma de enredar los hilos
de la  nostalgia en el carrete  del tiempo,
mañana, mañana nacerá de nuevo
la esperada flor de la certidumbre.

martes, 1 de enero de 2013

PLÁTICA INCONCLUSA




Hoy que es el día que dejó de ser ayer te llamé telepáticamente y tuvimos una charla futurista recostados en el sofá del amor  sólo fue un breve roce de labios mojando una simple palabra tal vez más tarde ese roce recorrió tu cuerpo y el mío a pesar del abismo que nos rodeaba se encendió de súbito el televisor y en su reflejo  una pareja que  se mordía  besaba la pantalla dejando una estela  brillante y gemía al mismo tiempo  luchando cuerpo a cuerpo como aquel monstruo de dos espaldas  sin embargo rápido terminaste en un alarido que apagó el aparato y yo en medio esperando el desenlace la chispa que me haría volar por el universo desflorando la rosa de la ironía pero eso no ocurrió la plática quedó en un prender y apagar la luz correr las cortinas y te dormiste plácidamente mientras yo no podía cortar la comunicación hablando con mi sombra y no sé cómo me quedé dormida con un rictus de desagrado en los labios y con la sensación del control remoto  insatisfecho.