jueves, 15 de febrero de 2018

DIMENSIÓN DE PAPALOTES




Un volantín se ha escapado hacia el infinito. Ensimismado de azul cruza constelaciones desconocidas. Allí se encuentra con otros volantines perdidos en el espacio, que se balancean pacíficamente entornando sus colas  al compás de una melodía celestial.
El volantín no puede creer  lo que ve,  papalotes de colores indescriptibles, figuras nunca antes vistas le saludan con precaución porque ven que parte de su hilo ha sido cortado por el peligroso hilo curado, una especie de pegamento compuesto con  polvo de vidrio que criaturas malvadas usan en las festividades de volantines con el fin de ganar y derribar a sus competidores de malas maneras, arriesgando la vida de  inocentes niños o adultos por cortaduras mortales.
El volantín se da cuenta del temor de los otros al acercarse. Y se disculpa avergonzado, informando que él no tiene ese maligno filamento, por el contrario fue víctima de un competidor que sí tenía esa clase de malévola mezcla.    
Los papalotes se acercan y lo consuelan. Le cuentan que está en la dimensión de los papalotes, donde de alguna manera llegan volantines de la tierra y también de otros planetas. Que allí se reúnen todos los volantines que son despreciados por tener alguna fallita u otra falencia, como una grave rotura y que  deambulan por el cosmos. Bueno, luego de llegar allí, se recuperan y vagan felices haciendo piruetas y  encantando  a los astros que los admiran mucho por traerles una distracción agradable a lo largo del espacio sideral.          


jueves, 1 de febrero de 2018

FELINA


Mimosa,
voy a ti y me adentro en tu  palpitante corazón,
con leves pisadas sigilosas, te alcanzo.
Entorno los ojos,
dos medias lunas te siguen enamoradas,
mis labios carnosos recién pintados de púrpura
se ofrecen en un ritual de misteriosa inocencia.

Te sorprendo,
eres un gatito anonadado,
con el pensamiento y el paso retenido en un segundo.
Mis ojos intrigantes te hipnotizan,
te subyugan hasta el grado de no tener resistencia
y caes envuelto  en un beso púrpura,
mientras mis uñas dejan
un camino granate sobre tu ardiente espalda.

Soy tu gata malvada, regalona
y tú, mi pequeño gatito abatido por el ímpetu
desatado de una cacería sin igual.
Te espero en las esquinas  solitarias de la urbe,
silenciosa, salgo con un solo propósito,
adueñarme de tus noches, de tu tranquilidad,
hasta crear una obsesión excitante
que  robe todos tus sueños.

Minina de uñas crispadas, de ojos engañadores,
espera caigas abatido por un beso,
intenso, poderoso,  te quite el aliento
y te invada en noches de luna llena,
cuando salgas a cantar,
emerja mi figura
deslizándose por el entretecho de tu fantasía.