viernes, 14 de febrero de 2020

EL AMOR





El amor es un algo sublime que no te deja,
penetra hasta el más allá de lo imaginable
y duele hasta llorar.
El amor es ave que revolotea las violetas,
se posa en tu balcón, te regala una rosa.

Pasa por tu lado continuamente
esperando que tú le descubras
y le des alojamiento en tu corazón.
Es un ave misteriosa,
gorjea en tu oído solo para ti,
te saluda con una sonrisa y te ofrece un verso.

El amor  se cruza en tu camino,
golpea tu puerta, se asoma a tu ventana,
silba una melodía en la brisa,
vuela en los brazos del viento
y susurra  una declaración divina.

Lo más importante en la vida es el amor.
No hay nada que lo resista,  así y todo lo maltratan,
y cuando se pierde, se desmorona como
agua de un cántaro, como suspiro de arpa,
sobre  brazos de  ausencia.


sábado, 1 de febrero de 2020

AMAZONIA





La amenaza se cierne y no tiene eco,
la mudez de las conciencias  se remueve
y avisan que no lo sienten.
Mientras la Amazonia en llamas
clama por una gota de agua,
los cuerpos petrificados de sus habitantes
yacen entre los escombros,
el bosque con sus brazos calcinados, elevados al cielo,
queda con una oración en sus labios de corteza.

La amenaza continúa, la ambición es más poderosa,
ciega  a los hombres, los convierte en fieras,
 es  más importante extraer las riquezas
del corazón derrumbado de la Amazonia,
que escuchar las quejas de la desfallecida naturaleza.

El hombre hecho de poder y soberbia
posee corazón de piedra,
no escucha el clamor de la tierra,
 de sus ingenuos habitantes,
no importan  a sus mezquinos intereses,
ciego arrasa, sacrifica, tortura
y da muerte a su propio futuro.
El resto de la humanidad no es nada, no vale nada.
No hay sentimientos, empatía, buena voluntad,
en el puñado de indolentes  poderosos,
solo existe el deseo de acaparar en sus bolsillos
el dolor de la tierra mancillada por su  ambición
que sucumbe ante tanto perjuicio;
extinguiendo  animales, la flora,
el valioso tesoro del agua,
mientras el oxigeno se contamina
y todo el esfuerzo de la naturaleza
por salvar a la humanidad, cae  derrotado
tras las flamas de la inconsciencia del hombre,
la ignominia de unos cuantos displicentes,
destructores de su propio destino y de sus generaciones.

No hay colores, las razas no existen,
solo la ambición extrema de estos engendros del mal
los lleva pronto, por el camino de la extinción total,
con ellos, la humanidad, y el dulce planeta azul.