lunes, 16 de abril de 2012

GAIA





Bajo el firmamento y su manto flamígero
Gaia se prepara como abnegada madre.
Su cántico profundo y  melodioso
adormece  pájaros y golondrinas
cansados de tanto ajetreo.
Sus manos llenas de besos
con olor a tierra húmeda
acarician   tímidos copihues,
enredados entre árboles  sureños.

Gaia pinta el crepúsculo de una espectacular
gama de colores,
Usa la paleta humedecida
que la niebla ha dejado
al roce de sus caricias.
Cual magnifica pintora, deja sonrosados arreboles,
cordilleras y ríos de exquisitos tonos.

Gaia baja los párpados cubiertos de somnolencia,
desde su profundidad
acuna  raíces y  seres que transitan
por   sus fecundas venas.

Gaia ama, su amor es inmenso
aunque hay seres que la dañan 
produciendo heridas incurables.
Ella, con bondad de madre, no se queja,
les entrega de igual manera su protección
y   lo perdona todo,
hasta el sufrimiento irreversible
que acabará con su existencia.



domingo, 1 de abril de 2012

NO PUEDO VIVIR SIN ÉL...



No  puedo dejar de pensar en él. Mis ojos se llenan de lágrimas y la congoja recorre todo mi cuerpo al recordarlo. Tan amoroso, con sus bellos ojos café y una linda sonrisa a flor de labios.
Ya no recuerdo cómo me enamoré y me fui apropiando de todo él, hasta que un día lo llevé a mi alcoba y se quedó a mi lado para siempre. Pero una tarde vino Roxana de improviso cuando estábamos en el dormitorio. Salí precipitadamente cerrando la puerta y traté de parecer normal. Preguntó directo por él, mientras no quitaba la vista de mi cara, como escarbando el fondo de mis pupilas en busca de su imagen. Eludí su mirada y con voz tranquila le dije que hacía tiempo que no lo veía. Sin embargo, no creyó, dijo que una de sus amigas nos había visto juntos en el parque. Un temblor se apoderó de mí, pero logré parecer calmada, casi indiferente y le contesté que tal vez fue una equivocación. Me miró con ojos de asesina y sin decir nada salió dando un portazo. Respiré aliviada; no importa que se enoje y que pierda su amistad. No quería que nadie se enterara que estaba conmigo. A lo mejor me estaba volviendo egoísta, en efecto, no podía evitarlo, sólo quería tenerlo para mí, abrazarlo y besarlo.
Cada vez que me alejaba por un momento de su lado no dejaba de pensar en él, en su mirada tan tierna, en la forma como guardaba mis secretos y mis caricias, por eso corría a su encuentro para adormecerme a su lado.
Sin embargo, algo terrible sucedió está tarde al llegar de mi colegio. Entré a mi cuarto y ya no estaba. Lo busqué desesperadamente por toda la casa y nada. Entonces no pude reprimir el llanto, alguien había venido durante mi ausencia. Ahora, más calmada pero muy triste, pienso, y estoy casi segura de que Roxana vino  y lo encontró. Quiero morirme. No puedo vivir sin él... Sin mi lindo osito de peluche.