viernes, 16 de noviembre de 2012

EVOCACIÓN





Inopinada cae la nostalgia:
crepuscular abrazo nocturno,
flama que enciende partículas de sueño.
Los recuerdos acarician pequeñas brasas de sol
mientras las luces de la tarde reflejan tu rostro.

Cierro los ojos, te siento,
caminas sobre hojas de olvido
con el viento ululando a tu espalda.

El atardecer se tiñe de rojo.
En el ruedo estelar muge la bestia,
emoción sublime, pecho abierto,
el minotauro desfallece,
sangra sus últimos momentos.
Tú te acercas a la calidez de mi abrazo,
ciegas mis sentidos.
          ...
No quiero despertar,
La cruel realidad habita mi casa.

2 comentarios:

  1. Hermoso, Marianela.
    La pausa en medio del trabajo se hace grata al leerte.

    Un besito.

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  2. Me alegra que esa pausa permitió tu agradable visita, estimada Manchita, cariños de Marianela.

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