La noche se alarga adormeciendo al
tiempo
que no avanza ni un ápice,
es entonces que la muerte me asedia
inmisericorde,
convirtiendo mi sueño en pesadilla
y el insomnio en mi verdugo.
Y salgo a caminar por el oscurecido
crepúsculo
sin más amparo que mi sonámbula
marcha,
bajo nubarrones que silban
nostalgias.
Un llanto tenue se desliza
sobre mis sueños despedazados
por la mano iracunda que mece la
sentencia.
No hay descanso,
mis ojos se acostumbran a imaginar
la senda que se alarga y se estrecha
como un túnel,
y sin más luz que mi entendimiento
vago la noche entera
por los recónditos laberintos de la
muerte.
Pero, ah, la luz,
el día amanece con su claridad
abrumadora
aleja las penumbras, pájaros
nocturnos, voces y gemidos,
lamentos que han quedado prendidos
a los árboles,
y van cayendo lentamente para
convertirse en polvo.
Salgo a la luz,
deshago el nudo de la noche en mi
garganta.
Limpio todo indicio de tristeza
y de zozobras,
es como si volviera a a la vida
después de un largo invierno
entre los brazos gélidos de la vigilia.
Sacudo ese rumor de sombras que se apega a mi piel,
olor penetrante a soledad,
parsimoniosa ausencia
que no quiere dejar el pliegue de
mi destino.
Así trascurre el ruido y el canto
del mirlo entusiasmado
por
gozar cada minuto de luz,
así voy recogiendo los pétalos de
miles de sonrisas,
el sonido de pláticas amenas llenas
de palabras de amor,
llantos de alegría, voces que me hacen soñar
en un atardecer sin espantos.
No quiero desperdiciar nada.
Alargar los minutos antes de
que lua anuncie su llegada,
y las cobijas de la oscuridad
cubran mis anhelos
de volver a ver la luz de un nuevo día.
A lo mejor hoy habrá un
crepúsculo tapizado de arreboles
y la dama plateada me ilumine con su fosforescencia
protegiéndome una vez más,
del insondable precipicio
de la muerte.
Raquel Viejobueno Exquisito poema Marianela.
ResponderEliminarMarianela Puebla Gracias querida amiga Raquel, besitos de Marianela.
ResponderEliminarJoaquina Sánchez Fernández Bellisimo!!!!
ResponderEliminarMarianela Puebla Muchas gracias querida amiga Joaquina, besitos de Marianela.
ResponderEliminarCecilia Margarita Vargas Retamal Hermoso poema amiga, nostálgico atardecer, cariños e cecy.
ResponderEliminarGracias Cexy por tu visita, cariños de Marianela
ResponderEliminarLa noche y la muerte, hermanas en la insondable oscuridad y su antítesis: el día y la vida. Vivimos en un círculo mágico donde lo uno conduce a lo otro y de lo otro renacemos en la unidad...Besos y abrazos Marianela.
ResponderEliminarEstimada Taty, así es la muerte y la noche, con su secreta conexión, están siempre cerca, siendo parte de nuestra existencia, cual sombra, pegadas a la piel. Cariños de Marianela.
ResponderEliminarsimbiosis entre noche y muerte donde ambas se benefician, la muerte un viaje sin regreso, y la noche esa frontera que traspasa la muerte, cada vez que se enfrentan o encuentran. no obstante, la poeta, que también disfruta de la vida, permanece como una realidad inacabada. por aquello de la luz, para lo cual nació. (después del más profundo silencio de la lectura, porque me caló hondo, es lo que mi seso deja para ti) FELICITACIONES, Rocío L'Amar
ResponderEliminarQuerida comadre Ro, agradezco el análisis que has hecho de mi poema, exactamente como dices hay una conexión secreta entre la noche y la muerte, sólo la luz deshace su hechizo. Muchas gracias por tu valiosa visita, cariños de Marianela.
ResponderEliminarRaquel Viejobueno Fantástico poema Marianela, la muerte criatura misteriosa que nos deja temblando cuando manda a la noche. Un abrazo.
ResponderEliminarAsí es estimada Raquel hay un pacto secreto entre ellos que sólo la luz los destruye momentáneamente, besitos de Marianela.
ResponderEliminarEmilia Victoria Poblete Muñoz LINDO MARIANELA..
ResponderEliminargracias estimada Emilia.
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