domingo, 1 de julio de 2018

SOBRE LOS PÁRPADOS



Escribo tu nombre sobre los párpados
dormidos de la negra noche,
negándote cuando hiero la oscuridad
con el rumor prohibido de sus letras.

Hay un eco en mi memoria,
me llama con taciturno secreto,
rasga la calma y la convierte
en pesadilla ahondando  distancia.

Tu nombre se adhiere a mis labios,
sus tentáculos me obligan a  nombrarte
y la voz sale en un lamento
que rompe la placidez del sueño.
Galopa los espasmos de la ausencia,
y se eleva más allá de la comprensión,
hasta eclipsar el silencio, 
dejando sólo un atisbo de nostalgia.

Es imperioso,
no puedo dejar de escribir en cada esquina
donde las sombras ocultan mis mensajes.
Es un ritual furtivo al cerrar  los ojos
que lacera la necesidad de olvidarte.

Y sin embargo, no sé quién eres,
el camino que tomaron tus pasos.
En este sueño he perdido la claridad
irremediablemente.
Todo aparece con lamentable congoja,
desgarrando las penumbras en infinidad de sollozos.

En medio de la incertidumbre trato de recordar,
saber, por qué te nombro y no vienes,
¿cuál es el sendero que cubre tus pisadas?
¿Por qué un beso aún juega en mis labios
impidiendo que te niegue?

Y quedito, en el rincón  del olvido,
sigo dibujando entre sombras
en la profundidad  del  sueño,
tu denegada presencia.




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