Él se levanta
entre sueños y camina ensimismado
atraído por el canto de algún ave al pasar. Aún no entiende este comienzo. No
es el mismo de ayer, ahora es diferente,
ha cambiado, lo sabe, aunque no tiene reflejo. Repentinamente se palpa el
rostro, es otro se dice, incluso la
rudeza de sus manos tienden a ser
más suaves.
Mira el paraje, el verdor de la naturaleza le envuelve sutil, como un beso.
Dibuja una sonrisa maravillado, el color de las flores lo encantan y
va hacia ellas embelesado por
tanta fragancia. Una inquietud asoma en su mente, algo formula una pregunta que
titila en el fondo de su garganta sin
poder salir. ¿Será real? Suena como un eco, se va entre las hojas y quita
algunas flores al pasar, ¿qué es aquello? ¿Una ráfaga de su aliento? ¿La brisa
que escondida entre los árboles le viene a saludar, o es el viento? No lo
sabe, todavía su mente no se
acomoda, su cuerpo ya no le pertenece,
por eso sabe que es otro, tal vez, sólo sea el comienzo de un largo sueño. Recuerda que
alguien mencionaba esa tesis, somos sólo viandantes, nada más que aquello
deambulando dimensiones.
¿En cuál de ellas estará ahora?,
cómo saberlo si su mente apenas tiene algunos recuerdos y piensa que a medida
que avanza por aquel sendero, su memoria
se va quedando atrás, muy atrás, mientras nuevas cosas aparecen en su mente, son pensamientos
furtivos que va adquiriendo al tiempo que se deshojan los antiguos al continuar caminando. Ya no le importa,
siente que está en paz, aceptando la nueva etapa, o como se llame. Más allá ve montañas,
bandadas de aves que pasan piando, algunas se posan en los árboles y matorrales,
no le temen, por el contrario, algunos están al alcance de sus invisibles
manos. Piensa que quiere seguir allí, continuar disfrutando, sin contratiempos
ni dolores, esa tranquilidad que lo rodea no tiene límites, circula por aquel
paraíso.
De pronto una intensa luz le ciega la vista, se queda petrificado por un
momento sin poder moverse y luego siente que una fuerza terrible lo arrastra
hacia el comienzo, trata de asirse a alguna rama, pero nada , la fuerza que lo
aspira no le permite movimiento propio.
El temor lo acongoja, sabe que tendrá que volver a la realidad y lucha sin
tener las fuerzas para oponerse a esa irreverente atracción y cae, cae, hasta
sentir que bruscamente, ya está allí,
respirando con desesperación en esa sala de operaciones. Escucha unas
voces que repiten emocionadas, ¡lo logramos, lo logramos!...
Joaquina Sánchez Fernández Precioso! Qué tengas un precioso fin de semana,mi querida amiga.Besos!
ResponderEliminarQue bueno que te gustó, igual que tengas un lindo fin de semana junto a tu familia, besitos de Marianela.
ResponderEliminarAndrea Jorquera Me encanto!!! Precioso!!
ResponderEliminargracias Andreíta, que bueno que te entretuvo, besitos de mom.
ResponderEliminarexcelente relato de una muerte temporal o clínica. BENDICIONES, comadre, que tengas una bella semana.
ResponderEliminarSí, una muerte temporal, gracias comadre por su amable comentario. Besitos de Marianela, que la primavera se acerque pronto a tu ventana.
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