sábado, 6 de mayo de 2017

ADICTA A TUS LABIOS



Llegas en la madrugada cargado de besos,
sol infinito de amor.
Cual mariposa de azúcar rosas mis labios
y me vuelvo adicta a tus caricias, embriagada
suplico a los dioses, no te aparte de mi lado.

Eres como te he deseado, ardiente, sensual,
despiertas en mí la pasión dormida,
huracán desenfrenado nos envuelve implacable.
Tus brazos son lazos que cobijan mis desvelos,
cuna de mis  quebrantos, asilo de mis dolores.

Soy adicta a tu presencia, a tu palabra
a la miel de tus susurros, gratos momentos melancólicos
y convierten tristezas en alegres mariposas.
Adepta a tus locuras, a la seriedad de tus convicciones,
voy siguiendo la huella de tus pasos
hasta alcanzar tu mano, tu cuerpo, tus labios,
así me fortalezco de la dulzura  que emanan tus besos,
como el árbol se sacia del manantial.

Vamos por el mismo camino lleno de zozobras
mas, tú eres luz en los momentos difíciles,
salvador de detalles, reparador de sueños,
zurcidor de profundas  heridas.

Soy adicta a tu persona, a la fragancia de tu cuerpo,
al abrazo que nos confunde y convierte en
criatura de dos espaldas, nadando en las aguas
del amor.
Llegas siempre cubierto de esperanzas
seguido por cálidos amaneceres,
calman mis ansiedades  e iluminan  mis días.
Mis noches se vuelven encendidos crepúsculos
y luciérnagas embebidas, circundan mi alma.

Adicta a tu ser, al almíbar de tus besos
recién recogidos  del alba,
a la dulzura que circunnavega tu presencia
enarbolada  junto al nacimiento del astro.

Y eres más que eso,  tierno amanecer,
rayo que circunda mi vida,
espejo en donde  el reflejo de  concupiscencias
no tienen barreras entre caricias.

Incondicional al  llamado de tu piel,
al desorden de mis pensamientos,
me entrego una y otra vez al embrujo de tus labios.
Siempre en mí, como una adicción,
llegas de noche o de día

a iluminar la huella del último beso.

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