sábado, 15 de septiembre de 2018

LAMENTO DE UNA PUERTA



La puerta se lamenta, la asedian los fantasmas del pasado. Golpean su envejecido cuerpo, la empujan sin respeto, entran y salen como Pedro por su casa y la deja parpadeando un dolor que la recorre en su corteza.
Ella se siente indefensa, atemorizada por las infinitas amenazas que los fantasmas infringen a su entereza. Sus quejidos se unen a los goznes  enmohecidos, no la dejan en paz. Preferiría que humanos la poseyeran como antes, con pasos que dejan huellas, con gritos que se adhieren a las paredes y niños corriendo a su alrededor. Quisiera sentir  sus risas verdaderas no aquellas que la invaden cuando descansa, cuando echa a volar su imaginación y se siente querida y valorada. Es entonces que ellos la asaltan con misteriosos ruidos  de cadenas,  con figuras que corren  lanzando bocanadas de sombras.
Así es de problemática  la situación, la ventana ha cerrado su boca y no quiere participar en este lamento, considera que la puerta es demasiado alharaca, que  sabía de antemano que terminaría así, porque es materia igual que la de los humanos,  está roída por las polillas que cada noche la asaltan con sus voraces bocas. En cambio la ventana está tranquila porque fue hecha de un material de aluminio y los bichos no la pueden atacar.
La puerta no tiene a quién contar sus tristezas, son tantas que abarcarían un libro de más de  cien páginas. Sus lamentos son profundos que las bisagras la acompañan tratando de apaciguar en parte sus infinitos dolores. No tiene escapatoria, sino esperar que  sus hojas se deshilachen y queden formando una pila para el fuego.
Hoy ha venido un humano,  la estuvo observando y dijo que era de buena madera que con una barnizada quedaría como nueva, no entendió mucho de que se trata, pero algo le dice que todo cambiará, parece un buen hombre,  después de tanto tiempo deshabitada, le ha dado la esperanza que vendrá a vivir allí. La puerta, suspira es como volver a la vida, alguien por fin se ocupara de ella y sus dolencias. Se  queda pensativa, una sonrisa aparece en su corteza, sí, por fin,  alguien vendrá a compartir su tristeza y soledad.

2 comentarios:

  1. LINDO CUENTO MARIANELA. AL HUMANO LE DIGO QUE LE PONGA UN POQUITO DE ACEITE,PARA QUE TERMINE ESA TRISTEZA.

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  2. Muchas gracias estimada África Mía, así es faltan más ingredientes para crear alegrías.

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