En
la oscuridad te busco. Presiento tu luz pero no te dejas ver, palpar. Cada paso
es un crucigrama, un laberinto de espacios secretos que sumerge mi ansiedad en
hacerte compañía.
Vago en este dilema y aunque trato de rozar las paredes que imagino me
rodean, sospecho que a cada avance se
alejan, y tú también con ellas,
entretenido en este juego que ya no me gusta.
Sé que habitas las soledades de mi mente, que estás cómodo allí
esperando el momento que te
encuentre, te nombre, te susurre. Sin
embargo, algo te detiene, algo te indica que no es el instante y retrocedes
ebrio de tinieblas, hasta el lugar de la desesperanza. Mientras tanto, sigo en
el afán de retenerte y saber que eres real, y no una penosa fantasía. Estoy
llegando hasta la última frontera del tiempo en que se haga la luz y encuentre por fin tus huellas dejadas en la arena de mis
sueños.
Por ahora te limitas a susurrar mi nombre, a dejar tu esencia impregnada de besos, a soplar mis cabellos como brisa pasajera, a indicar que falta poco para hacerte tangible. Una
luciérnaga desvía su camino e ilumina
un sendero por donde se ha escondido el día, es una tenue señal que en
el fondo de un deseo, siempre habrá la esperanza de que pueda alcanzarte.
Mará Angélica Fantasía de amor, Ojalá encuentre el ansiado amor. Me encanta lo romántico del cuento.
ResponderEliminargracias amiga Mará, seguimos con otro cuentito, cariños buen domingo.
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