Año Viejo, te vas astillado y maltrecho,
con tu calendario de días a cuestas.
Un año convulsionado de trágicos sucesos,
lleno de vicisitudes extremas.
Toma tu maleta, llévate los malos momentos,
saudades que nos llenan los sueños
de imperecederas promesas.
Año acabado, tienes tus bolsillos repletos,
buenos y malos vaticinios,
risas y obstinadas quejas.
Ve en paz, ya tu tiempo se agotó
en la bitácora del diario de vida,
habrán quedado huellas
inconfundibles, aterciopelados recuerdos,
trágicos instantes.
Año longevo, estás extinguido, un nuevo
reemplazante
espera el lugar de tu rutina
y trae flamantes bríos, energía incontrolada.
Déjale el lugar, ya no puedes mantener tu posición,
vete a tu retiro final bajo el crepúsculo de tu ciclo.
Márchate con tu bajel de recuerdos finalizados,
llévalos al rincón del desván
en donde algún día, alguien los encontrará,
con sus páginas sepias difíciles de descifrar,
queriendo emprender el vuelo a otra dimensión.
Rocío L'Amar
ResponderEliminarDe los años viejos se extrae la experiencia y sabiduría. Buen poema comadrita. La voz poética me encanta. Saludos y abrazos virtuales.
Gracias comadre, esperemos que este nuevo año sea mejor. Besitos.
ResponderEliminarJose Santana
ResponderEliminarBien dicho, mi niña linda
Muchas gracias, amorcito corazón.
ResponderEliminarJulio Marcelo Montoya
ResponderEliminarChevere para despedirme al Año que se fue y no volverá jamás, a no ser que exista la máquina del tiempo para que lleve mis augurios y tristezas o viajare al futuro para agradecer al Supremo creador por un día más de vida. Saludos amigo César Carraco.todo lo mejor para ti.