Un joven camina, busca un futuro
en la soledad del gentío.
No hay una senda segura,
una palabra precisa,
una mirada positiva.
El joven junta noches siniestradas,
en su encierro sin paredes, sin destino,
dibuja sueños desvanecidos.
Los mayores le han defraudado,
han deshecho sus anhelos, sus
metas.
Ahora sin ojos, sin motivos,
busca una mano amiga
en un cielo tan oscuro,
lleno de perdigones,
una respuesta:
¿Un por qué de tanto odio?
Nadie le responde,
sobre todo aquellos que lo lastimaron,
no dan la cara, se esconden
tras las paredes de la ignominia.
El joven camina sin luz,
sus ojos han quedado
señalando a los culpables,
en la cuneta de un apagón
que no permite reclamos.
En un mundo en tinieblas
Deambula cabizbajo sin mañana.
Sabe que su vida no será la misma.
No podrá nunca más
divisar la luz del día,
el rostro de sus padres.
Así, en la oscuridad
que le rodea, investiga la respuesta
escondida en la codicia de unos pocos.
Tal vez,
en la búsqueda de un por qué,
encuentre la voz de la justicia.
Pena, soledad, miedo, desamparo...
ResponderEliminarMuchas gracias comadre Ro, víctimas que quedan abandonadas a su suerte. Besitos.
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