Temida
por muchos cuando la luz se ciega, la oscuridad aparece y abre su abanico de
terciopelo, acariciando todo a su frágil paso. Ella, trae consigo el sueño, el
descanso, un mundo increíble en donde
van a calmarse las ansias.
La oscuridad, hermana de las tinieblas y prima de la sombra, navega las
calles de la ciudad cuando la noche le abre las puertas, las ventanas
soñolientas, la invitan a pintar de sueños las casas de los humanos.
Pero a veces es poco deseada, casi aborrecida por un mundo de
sufrientes, solo esperan que amanezca
para alivianar sus dolores. La oscuridad, solloza por las abandonadas calles,
muy pocos seres la aprecian, por eso vaga solitaria, dibujando círculos alrededor de los faroles.
La oscuridad contempla a la luna tras un farol deshabilitado, quisiera
ser su amiga, por supuesto que es una quimera, la luna no la necesita y la aleja de sus dominios de luz, hasta
hundirla en las tinieblas.
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