Me acongoja tu silencio, tu gélido olvido,
no encuentro amor en tu mirada.
Mis pensamientos se precipitan en una oquedad que
lastima,
y sólo siento a un pájaro pasar por mi lado
en un tardío amanecer, un aletear que sólo escucha mi
corazón.
Tu silueta enmarañada de tristeza cubre los caminos de la
desventura,
no hay risas, no
hay palabras de consuelo,
el mundo a mi alrededor se desintegra granito a granito
cae
enriquecido de
tinieblas.
Aquel que yace no eres tú, alguien ocupa tu lugar con
seriedad de muerte.
Alguien cruzó mi vida y se aleja con infinita
displicencia,
no da la cara, no dice adiós,
no susurra en mi oído esas lejanas palabra de amor
con el calor de un abrazo.
Hoy el silencio se ha adueñado de nuestro espacio,
solloza sobre mis hombros con pesadez de siglos
y aprisiona mi pecho impidiendo el grito, el por qué,
se queda anudado a la garganta impedido de volar.
¿Quién es aquél que ocupa
tu lugar? No lo reconozco,
dentro de mi entendimiento no hay cabida a una situación
silente de respuestas,
no puedo reconocer que ya te has ido.
Necesito que
pronuncies las palabras que faltan,
que permitan a mis ojos admitir el desenlace, y pueda llorar un imposible.
Necesito tu adiós, reconciliar la ausencia,
aceptar que la ilusión se
ha borrado para siempre
y la almohada no
cobija tus sueños ni los míos,
abandonados bajo una rigidez que espanta.
No eres tú aquél sin sonrisa, sin el fulgor que
resplandecía en tu mirada.
Ser de luz que dio vida a una lámpara a punto de
extinguirse.
No puedes ser tú,
rostro sereno, estatua sin brillo
que no pronuncia mi nombre, no me llama con vehemencia
y deja la casa
cubierta de besos y palabras mágicas.
No, que nadie mienta y diga que eres tú,
que no osen callar tu nombre cuando te pronuncio más allá
de las estrellas
mientras el cielo se llena de lágrimas huérfanas en busca
de unos ojos,
y la noche se arreboza con su chal fosforescente.
Me quedaré con el recuerdo imperecedero de verte llegar
cada día
iluminando las tinieblas de una soledad perenne.
Hermoso, simplemente bello.
ResponderEliminarGracias querido José.
Eliminar