Deja
abierta tu ventana
de
par en par cada noche,
para
que pasen mis sueños
a
libar de tus anhelos.
Deja, recorran sin prisa
las
llanuras de tu calma
y
se alojen en los surcos
dóciles
de tu almohada.
Deja
abierta la esperanza
bajo
el reflejo del tiempo,
llegaré
una madrugada
a recorrer tu silencio.
Deja
libre la tristeza
humedecer
mis lamentos,
esa
ausencia que lastima
la
flama de tu contacto.
Deja
abierta tu nostalgia
a
los llamados del deseo,
mis
sueños cruzan febriles
los
umbrales de tu fuego.
Hermosa la palabra escrita la que tú proclamas siempre.
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