Dicen que el viejo del saco se murió,
cansado de cargar con tantos niños desobedientes y de luego convertirlos en
animales.
Dicen que su bolso se rompió en una esquina con el
peso de los niños y que por ahí se escaparon unos cuantos. Lo malo es que al
salir del saco, se iban convirtiendo en animalitos de acuerdo a la gravedad de sus maldades, así como unos
en burritos, perros, gatos, loros, cabras y otras tantos animalitos
inimaginables. Primeramente ellos comenzaron a vagar por las calles en busca de
sus hogares.
Sin embargo, dicen que
nadie de sus parientes los reconoció y los espantaron a escobazos y otros
artefactos, en efecto un burro recibió de su abuelita un pantuflazo en la
oreja, otro un zapatazo en el lomo y hasta usaron piedras y palos.
La gente lloraba por los
niños desaparecidos pero obviamente no los reconocieron bajo la forma de
animales, de todos modos al viejo del saco lo acusaron a la policía, pero en su
saco no hallaron nada anormal, salvo un hoyo en el fondo.
El viejo se enojó mucho
pues algunas veces los mismos padres amenazaban a los niños con su saco y ahora
le acusaban de su desaparición, así que decidió irse lejos, por cierto que
todos los animales lo siguieron, querían entrar a la bolsa para ver si los
convertía en niños de nuevo. El viejo sabía el truco de convertirlos en
animalitos, pero no sabía cómo devolverles su apariencia real.
Dicen que los animales
no lo dejaban tranquilo, ni dormir ni
comer, ni nada con sus estrepitosos lamentos,
sobre todo de los burros, perros y gatos que ladraban maullaban y hacían un
ruido espantoso que al viejo de saco le dio tanta rabia que le vino un ataque
al corazón.
Bueno, eso es lo que
dicen los chismosos, y entonces
milagrosamente los niños desobedientes aparecieron súbitamente cerca de
sus domicilios sanos y salvos.
Del viejo del saco nadie
sabe nada pero no hay que descuidarse, se rumora que puede que aparezca de
nuevo, cuando alguien se acuerde de él y comiencen a amenazar a los niños con llamar
al viejo del saco.
Maruchi Curbeira Palomo
ResponderEliminarQué lindo!
gracias amiga Maruchi, besitos.
ResponderEliminarMaría Rosa Rodríguez Araya
ResponderEliminarLa vieja costumbre de asustar en vez de enseñar con el ejemplo.... Muy bueno.. Felicitaciones, querida amiga.
síiiii, una nueva versión del cuento del viejo del saco, jajaja gracias amiga María Rosa por leer. besitos.
ResponderEliminarCésar Carrasco
ResponderEliminarUna fina resemblanza que no todos captan.
ResponderEliminargracias amigo César, cariños.
Francisco Eugenio Arcaya Fredes
ResponderEliminarGenial...
muchas gracias estimado Francisco, son varios los viejos del saco que andan por ahí jijiji.
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