Bajo el firmamento y su manto flamígero
Gaia se prepara como abnegada madre.
Su cántico profundo y melodioso
adormece pájaros y golondrinas
cansados de tanto ajetreo.
Sus manos llenas de besos
con olor a tierra húmeda
acarician tímidos copihues,
enredados entre árboles sureños.
Gaia pinta el crepúsculo de una espectacular
gama de colores,
Usa la paleta humedecida
que la niebla ha dejado
al roce de sus caricias.
Cual magnifica pintora, deja sonrosados arreboles,
cordilleras y ríos de exquisitos tonos.
Gaia baja los párpados cubiertos de somnolencia,
desde su profundidad
acuna raíces y seres que transitan
por sus fecundas venas.
Gaia ama, su amor es inmenso
aunque hay seres que la dañan
produciendo heridas incurables.
Ella, con bondad de madre, no se queja,
les entrega de igual manera su protección
y lo perdona todo,
hasta el sufrimiento irreversible
que acabará con su existencia.