Hemos conjugado el verbo amar
en todos sus tiempos simples y compuestos,
recitándolo en pasado,
disfrutándolo en presente,
soñando con su futuro.
Amar ha sido el alimento del corazón,
sustento de cada día.
La magia que nos envuelve con su dulce música
no tiene límites
abarca más universo del que podamos concebir.
Yo, te amo, tú me amas, nos amamos
se transparenta su espíritu y cubre insospechados
espacio
con su flamígera presencia.
Su voz sutil y enamorada recorre las distancias,
los precipicios y los mares.
No hay nada que detenga su fragancia,
exquisita dulzura,
la miel que da vida a todos los seres.
Conjugar el verbo amar en sus múltiples tiempos,
une destinos y transmite mensajes de aliento y de
esperanza.
Nosotros amamos, amaremos, es la clave
que impulsa nuestro destino
a creer en el amor, a vivir del amor, y a pensar
con amor
por los caminos tormentosos de la vida.
Lo más importante de la naturaleza fue haber
creado este irresistible verbo viviente,
origen de la armonía en la tierra, en el
espacio,
sin él, el caos se precipita con su siniestra
oscuridad
sobre todo lo bello en el planeta.
Nos amamos, nos amaremos siempre,
amo a mis hijos, al amor de mi vida,
nací del amor, voy en brazos del amado
cruzando barreras y obstáculos con el verbo amar en
los labios
y nos enfrentamos a batallas de amor
por continuar conjugando lo más bello
de sus tiempos, aquellos que nos dan el derecho de
ser felices,
de rodearnos de amor y entregar amor a quien lo
necesite.
Ámame, ámate, amémonos todos y cambiaremos el
mundo.
Yo te amo, tú me amas, ellos se aman,
la madre naturaleza nos ama...amémosla...
amémosla...amémosnos...