viernes, 15 de abril de 2022

APARIENCIAS


 

Vivimos de apariencias cada día que pasa.

Se ha hecho una mala costumbre, difícil de conllevar.

Fingir, algo que no lo es, un sentimiento que no se tiene,

palabras que suenan huecas y llenan la boca

de inútiles y desagradables mentiras.

 

Apariencias que engañan al pasar tantas veces

adoptando muecas, posturas que no sincronizan con nuestros hábitos,

frases soeces que dejan un rastro de incredulidad.

Alas rotas se elevan escondiendo  grietas,

espasmos, vicisitudes tenebrosas que nadie debe observar.

 

Apariencias te rodean como una piel sobre tu piel,

no te dejan respirar,

sentir  que el aire engañoso entra por tus poros

y el resentimiento se viste con su mejor postura.

Un mundo programado se agiganta avasallando principios

y virtudes.

Un espejismo nos rodea mostrando un mundo ficticio

en donde se  esconden situaciones  que no queremos admitir.

El espejo sólo refleja imparcial, la cara oculta, la realidad desnuda,

desvalida, sin protección ante la mirada escrutadora del vulgo.

 

Vivimos un mundo que se ha acostumbrado a falsear la verdad,

con el fin de destacarnos, y ser tomados en cuenta,

recibir la admiración  de los demás, sembrar la envidia

 y ocupar   el lugar privilegiado que a veces

no nos corresponde , pero que sí admite, la corrupta sociedad.

viernes, 1 de abril de 2022

DEL SILENCIO


 

El silencio cabalga el lomo del amanecer. Va surcando la penumbra para no despertar al ruido. Sus pies de seda no dejan huellas, y  por el camino hacia el alba, va regando diminutas gotas de rocío en las bocas abiertas de la madre Tierra.

El silencio no sabe de sueños, vive pendiente de no despertar al ruido y luego la violencia y el trajín que conlleva el día en que alguien muere, alguien nace, otro sufre. Cuando el sosiego cubre la tierra con su manto pareciera que todo descansa en sus brazos. Aparentemente. El ruido ahoga las voces en agonía, el dolor se hace inaceptable, sin embargo, la capa estruendosa del ruido todo lo abarca y hace una mezcolanza que es muy difícil identificar cada sonido.

 Por eso, cuando las sombras de la noche cierran los párpados de todas o casi todas las criaturas, el silencio camina en punta de pie besando a los seres que sufren, a los discapacitados,  especialmente a los niños que padecen enfermedades y los sumerge en profundos sueños reparadores.

Es tan prudente que espera hasta el último minuto del alba, alargando su estadía un segundo más sobre todo en un esfuerzo de apaciguar la somnolencia del ruido, que lo aleja con un terrible bostezo.