Apareces en el umbral del pensamiento
como un presagio, al salir la luna
menguante.
Traspasas las fronteras de la
certidumbre
y allí estoy atada a un momento,
un segundo que se alargada sin que
pueda detenerlo.
Te deslizas siempre sobre el lomo del
viento
y galopas en aras de la esencia de un
beso.
Ya no sé cuándo apareces,
mis ojos te aguardan sumidos en un
sueño,
hechizados por la osada luminosidad
de tu presencia.
Un perfume avanza las barreras de la
realidad
y la imaginación sucumbe ante tanto
goce.
El sortilegio de tus palabras en mi
mente
borra las barreras tiempo, distancia,
sueño,
lo intencional de lo circunstancial,
lo misterioso de lo seguro,
el temor de la valentía, todo eso
llega a mí
cuando te asomas con el embrujo que
posees
y transformas mis inseguridades con
el roce leve
de tu encantamiento.
El hechizo no desaparece, aún cuando
estoy despierta,
el aroma de tu ensueño envuelve mis
pensamientos
llevándome al mundo imaginario,
en donde tengo la certeza,
habitas eternamente.
ResponderEliminarCristina Ortega Perez
Cristina Ortega Perez Lindo romántico, sutil
Muchas gracias estimada amiga Cristina, besitos de Marianela.
ResponderEliminarGraciela Osses Barraza Hermoso texto, Marianela.¡Felicitaciones!
ResponderEliminarEstimada amiga Graciela que bueno que te gustó mi poema, besitos de Marianela.
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