La tarde se estira
como una serpiente hasta atrapar la noche,
ésta huye de sus
delicados rayos, al comienzo,
una danza de hojas y
pétalos estalla a su alrededor,
luego, la noche cuidadosamente la cubre con su manto
estrellado
y la tarde se
adormece convirtiéndose en un sumiso gatito.
La tarde y la noche
se citan cada día,
discuten, se
agravian,
se abrazan y pelean,
sin embargo al final,
vuelven a ser amigas.
La tarde no quiere
que la noche pinte el cielo de oscuridad
pero a la vez le
gusta ver brillar a las estrellas,
aunque se adormezca
y se apaguen en sus ojos.
La noche en cambio
hace sufrir al minotauro,
le derrama su sangre
por sobre el crepúsculo,
y le pinta la capa
hasta confundirlo con el infinito.
Cuando el alba madruga y bosteza un trino de pájaros
sobre la enfadada
noche,
la oscuridad cierra
sus alas y se arropa para otra
zambullida en los
confines del mundo.
Blancos vellones
surcan el azul
y el viento tibio suavemente empuja su rebaño de nubes
hasta perderse en el
horizonte.
La tarde espera en
su mullida siesta
otro confrontamiento
con su negra rival: la noche.
Gracias Marianela por compartir tus creaciones...te felicito... un abrazo fraterno en el mundo de las letras.
ResponderEliminarTe invito a visitar mi blog.. bienvenida también....
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