viernes, 1 de noviembre de 2024

IRREAL


 

Una jauría de enloquecidos sueños

deja un rastro de luna en la solitaria noche.

La piel de la soledad es perseguida

por la espesura de una pesadilla

que ha tomado mi almohada por asalto.

 

Mi  voz se debate al final de un camino

y  huye más allá de la compresión.

En vano busco apartar la irrealidad de la cordura

van de la mano y se burlan de mi inocencia.

Pasan sus dedos de nieve

sobre la desnudez de mi espalda,

recorren mis territorios,  hurgan

y dejan las huellas atormentadas de sueños ajenos.

 

Mi reloj obnubila, no sabe si continuar marcando instantes

o simplemente marcharse y tomar un café,

está cansado de rechazar sueños indecorosos

que toman por asalto mis sábanas y recorren

las penumbras en busca de más placer.

 

Las sombras acompañan los iracundos gemidos,

sobrecogen todo clamor de sensatez.

Sueños y pesadillas se debaten apropiándose del espacio

como único salón virtual de sus avances.

 

La almohada resiste sus embates atrevidos

han penetrado mi cuerpo y cual oleaje marino

vuelcan sus insinuaciones sobre mi piel.

Y quedo  así a merced de sus  hambrientas olas

sin conciencia, entregada  a  sus caprichos.

 

La manada de irrealidades aborda el tren  del olvido.

Mañana no habrá memorias

sólo un  triste sabor a insatisfacción,

un pequeño destello que cruzará con su alas mustias

la luz de un deseo sin refutar su inexistencia.