De pronto se apagaron los dulces trinos,
los pájaros migraron, nadie sabe a dónde fueron.
Quizás tomaron sus nidos y sus gorjeos
y marcharon a tierras más benévolas con ellos.
El bosque ha muerto, lo anunció con tristeza una chicharra,
mientras los grillos caminaban
tocando la marcha fúnebre.
El bosque ha muerto bajo la sierra asesina del hombre.
Los árboles lanzaron un alarido de hojas y ramas,
de raíces, copas y brotes, pero
nadie escuchó, nadie detuvo
las manos asesinas que cercenaron sus troncos aún con vida.
Fue una masacre, dijo un zorro
desvalido,
la sabia corría formando
costras
de ámbar entre maderas
derribadas y hojas moribundas.
Una bandada de zopilotes, palomas, cernícalos y otros,
enfilaron asustados en busca de protección y abrigo,
sin entender, quedaban huérfanos del refugio
de árboles milenarios y de su espesura.
Hubo un gran silencio, una desolación devastadora
en todo el pueblo de Curauma, Placilla y alrededores,
despoblada de árboles, yace la otrora bella comuna
de maravilloso microclima,
se terminó la pureza del aire de sus hermosos bosques,
el habitad de pájaros, animales e insectos ha desaparecido.
Todo fue un sueño comentan las
golondrinas
que ahora pasan de largo hacia otras fronteras,
no existe ya la sombra acogedora de un pino en su grandeza.
El bosque ha muerto lo condenó
la expansión
de empresas ávidas de su suelo, la súper población humana,
las ansias de vender y la indiferencia de los gobernantes.
Todo está consumado, cuenta
el mirlo en su cantata
y las pequeñas libélulas y patos salvajes buscan en vano
el humedal que antaño les
esperaba en el corazón del bosque.
Los pinos y eucaliptos agonizan dentro de las salamandras,
quienes devoran hambrientas sus leños.
Alida Rubilar Hermosa y apesadumbrada descripción de la realidad de nuestros bosques Las inmobiliarias no responden a tu expresión poética. Ellos solo ven el signo peso.
ResponderEliminarAsí es amiga Alida, es muy triste ver caer los hermosos pinos y eucaliptos bajo la cierra amenazadora y la infinidad de animales pájaros e insectos desalojados de su habitad.
ResponderEliminarJosefa Esteve Mahiques en todas partes pasa igual....
ResponderEliminarSí estimada Josefa es lamentable como destruimos nuestro mundo.
ResponderEliminarAngelica Pérez Zurita que hermoso poema pero que triste realidad.
ResponderEliminarLos bosques están desapareciendo estimada Angélica, es lamentable para todos los eres que lo habitan.
ResponderEliminarRosa Cerro Este es un hermoso y triste poema dedicado a placilla, por nuestra querida poeta Marianela Puebla que con tristeza como destruyen sin piedad la naturaleza.
ResponderEliminarSí estimada Rosita, estamos quedando sin bosques es una pena.
ResponderEliminarMaría Rosa Rodríguez Araya Tristemente bello...en nuestro caso es el fuego, provocado por desalmados inescrupulosos. Felicitaciones, amiga.
ResponderEliminargracias estimada María Rosa.
ResponderEliminarGraciela Osses Barraza Hermoso y triste poema, Marianela
ResponderEliminarmuchas gracias Graciela, besitos .
ResponderEliminarMargarita Nunez · Friends with Graciela Osses Barraza
ResponderEliminarTodo lo que dices en este poema es verdad
Ana Cuadra El hombre "animal" más depredador , avanza y desvasta todo a su paso y las aves, insectos, vegetación asisten a su propio funeral. Que despierten los clarines y las mentes aguerridas y preparen el ejército para hacer frente a quienes hacen temblar y rompen el equilibrio ecológico. Fuera los usurpadores, pirómanos...la madre naturaleza les cobrará caro su avaricia. Abrazo Marianela , un canto dolido de la voz de natura. Felicitaciones
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminares un llamado de la naturaleza estimada Margarita Nuñez.
ResponderEliminargracias Ana Cuadra, es así los incendios intencionales para seguir construyendo a lo que dé, no importa la destrucción de nuestro pulmón.
ResponderEliminar