Misterioso
continente, ensimismado en un tiempo de hielo.
Pareces fuerte y regio
cuando el viento truena su arpa,
pero no, eres
frágil, dependiendo del milagro y vaticinio
del cambio
climático.
Estás ubicado en el
punto más austral del planeta,
oscurecido de todo contacto tibio,
y a la vez, preservas
el secreto de la vida, cielo e infierno
se juntan en la
soledad inclemente de un beso.
Junto a tus
costas se encuentran las encrespadas
corrientes
del océano Pacífico
y del Atlántico en donde se pierde el
horizonte,
y las mareas lanzan
sus enormes carcajadas a los ocho metros,
como si nada.
Tienes una belleza
salvaje, que florece en la adversidad desde tus entrañas,
animales grandiosos
y arriesgados, te entregan sus descendientes
cada año, entre tus
fríos y secos brazos.
Llegan a ti
solitarias ballenas que cantan en soledad.
Pingüinos de negras
capas anidan en la inhóspita tundra
arreciados de
vientos glaciales en donde la vida es una quimera.
Pero ¡ah!, el
milagro sí existe, y los polluelos sobreviven
por la
tenacidad de sus padres.
Pájaros diversos, te
visitan cada año continente y océano blanco,
por breve tiempo se
pueblan tus llanuras, tus valles,
de graznidos y
encuentros de parejas.
Los días se estiran somnolientos
en verano,
con la luz del sol
cada vez más tenue y necesaria.
No es lo mismo en
invierno, cada ser vuelve a sus costumbres, lejos,
en busca del calor y
el alimento.
Antártida, austral,
bajo la indulgencia del clima,
eternamente guardas
celosa, la gota de agua dulce,
entre tus manos
gélidas y generosas.
Andrea Faulkner Precioso!!
ResponderEliminarMuchas gracias Andreíta,besitos de Mom.
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