Miras
el anuncio pegado en el poste del alumbrado, te detienes, tocas tu rostro,
piensas que debe haber una equivocación, vuelves a mirar el nombre, no has
leído mal es tu nombre con tus dos
apellidos y tu foto. ¿Quién te está haciendo está broma de mal gusto?, sobre
todo que en el otro poste hay otro anuncio y desde aquí puedes asegurar que es
el mismo aviso. Textualmente dice en el título: “Desaparecido”. No puede ser, es una locura, exclamas en voz
alta y luego te da vergüenza que alguien te escuche y sigues caminando hasta el
otro aviso. Lo mismo, tratas de arrancar la notificación, te asustas, está demasiado pegado, lo quieres
completo para enrostrárselo al que te hizo esa broma. Puede ser alguno de la
oficina, de seguro que puede ser González, claro con los otros que te tienen
envidia porque te ascendieron de grado.
Continúas caminando espantado, viendo en cada poste una foto tuya y la
palabra desaparecido, esto es una locura piensas con horror, ¿quién te está
haciendo esta broma que se pasó de ser una broma? Te sientes molesto, enojado,
muy furioso y con ganas de abofetear al
bromista. Ya no puedes más, por suerte llegas a la oficina en donde trabajas,
abres la puerta pero no ves a nadie
conocido, decides ir hasta tu escritorio, allí está Rodríguez echado en tu
mesón. Te molestas más aún, ¿quien le ha dado permiso de sentarse allí? Le pegas un topón
fuerte y le recriminas por estar en tu puesto. Pero sorpresa, tu brazo
atraviesa el brazo de Rodríguez sin tocarlo. Le dices una mala palabra a ver si
despierta y te pone atención, pero nada, sigue jugando con tu lápiz. ¿Qué está
pasando, siguen las bromas? Sin embargo
no parece broma, la cosa se está poniendo fea para ti que no entiendes nada.
Das un grito de rabia, pero éste cae
como una gota en el vació, la situación no ha cambiado, los hombres en sus puestos de trabajo sin inmutarse,
alguien pasa con un cigarrillo, exhala
el humo en tu rostro y te tira cenizas en tus zapatos, esto es el colmo,
vociferas, ¡déjense de joderme!
La situación está cada momento más increíble para ti, nadie te toma en
cuenta, pareces un fantasma que cruza las paredes, los cuerpos. No lo puedes
creer, piensas que de seguro estás en medio
de un sueño, quieres volver, no
sabes cómo se vuelve a despertar, es la primera vez que tienes esa pregunta,
normalmente despiertas sin tener que desearlo. Es bien conflictiva tu situación,
tratas de mentalizar tu dormitorio, tu cama,
estás igual que si tuvieras el control de la tv en tus manos, las imágenes se ven difusas, con nieve, no se pueden aclarar, esto te
inquieta mucho, estás empezando a temblar de
terror, no sabes qué te está
pasando, sientes que todo tu cuerpo se agita. Ahora descubres que estás en un paraje boscoso, hay
árboles a tu alrededor, tratas de levantarte pero no puedes, hay dos personas
que te hablan, pero no les entiendes, estás tan confuso, dicen que has perdido
mucha sangre, ¿Cómo?, tu mente trae momentos que se mezclan sin sentido, de
pronto un animal se viene sobre ti, te muerde, te sacude como a un muñeco,
gritas, los hombres te calman, te dicen que ya vienen por ti, que te han
encontrado, que estabas 4 días perdido,
que cuando te atacó el oso, te
arrastraste hasta los arbustos y que perdiste el conocimiento, que no saben cómo
aun estás con vida. Te dan un poco de agua a beber, no puedes tragarla, te
sientes desorientado. Vas en una camilla, y te suben al helicóptero, todo gira
a tu alrededor y pierdes el
conocimiento nuevamente…
Mará Angélica
ResponderEliminar¡Espeluznante! Me dejas tiritona. Cuídate!
ResponderEliminarjajaja, amiga Mará, es solo un cuento, pero, podría suceder, jeje, besitos y saluditos.
Francisco Arancibia
ResponderEliminarEl suspenso no cesa.Muy buen cuento.Gracias por compartir.
ResponderEliminarmuchas gracias amigo Francisco que tengas un hermoso domingo.