Eres lluvia sobre mi cuerpo de arcilla.
Penetras
tierno y sigiloso
los
resquicios del alma.
Llegas con dedos húmedos,
con
ansiedad de siglos recorres
y
modelas ágil mi silueta.
Penetrados de amor
formamos
un ser mitológico
de
dos espaldas que en lucha suprema
se
han lanzado el uno en el otro,
para antiguos y renovados
asomarse
al mundo irradiados
de
unificantes sentimientos,
morir
y nacer, dolor y dicha.
Eres
comienzo y fin de una novela,
asa
de este cántaro mágico
que
mantendrá dormida en sí,
tu esencia de amor.
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