De
noche los árboles salen a caminar lejos del bosque. Van entre sombras y nebulosas perdidas de algunas constelaciones.
Se esconden de la luna que con cara pálida los
imagina en su movimiento, pero no puede alumbrarlos, la verdad es que
está muy débil, como un gajo de naranja, y apenas ilumina sus pensamientos.
Los árboles se van despacito, arrastran un montón de raíces que no
quieren salir de la tierra y se aferran a las piedras del camino, con el fin de no quedarse bajo la mirada del sol. Prefieren seguir hollando túneles increíbles en las sombrías
noches venideras.
Los árboles saludan a sus amigos que de viejos ya no quieren arriesgarse
a quedar impedidos de perder su lugar
ya escogido. Pero se alegran que de vez en cuando, en noches de luna débil
puedan charlas con amigos venidos de
otros bosques. La situación es alarmante,
se comenta que algo está acelerando el cambio climático, se derriten
vertiginosamente los glaciares, hay un
descontrol en la naturaleza y de seguir así todos los seres indefensos,
incluidos la flora y la fauna perecerán. El sol calienta más de lo que debe por
una entrada peligrosa en el ozono y produce incendios por las altas
temperaturas. Esto es desconcertante para los viejos árboles que han estado
allí por muchísimos años, es casi de no creer, solo que sí lo han notado y les
preocupa. Se dice que “un animal inteligente” es el culpable de este caos. Pero
¿cómo? pregunta un viejo sauce que ya no
le quedan lágrimas por la escasez del agua. Si es inteligente, ¿en dónde quedó su famosa inteligencia? Lo
que pasa buen amigo árbol, es que junto con la inteligencia, nacieron otras virtudes y defectos, lacras
que se crearon por el poder y la codicia
y ahora nos lleva hacia el precipicio del exterminio. Pero, ¿ellos también se
extinguirán?, No lo dudes, lo saben y al mismo tiempo lo ignoran, la avaricia
les lleva por un sendero de destrucción a sí mismos y a toda su descendencia.
Qué triste, mejor nos vamos de regreso a nuestro bosque, a esperar
un nuevo amanecer lleno de trinos
que alejen los malos augurios, comentó un árbol soñoliento, e indica que la
luna está bostezando en lo alto, como
anuncio que ya es tiempo de volver a
sus lugares.
Rocío L'Amar
ResponderEliminar"De noche los árboles salen a caminar...", me hizo acordar de un dibujo que vi de niña, los árboles tenían pies. Me gustó este relato, conectado con la realidad, y tu escritura mágica. Felicitaciones, comadre.
muchas gracias comadre, tu comentario es importante para mí. Besitos.
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