Ebrios
de vino y besos
cruzamos
el jardín del edén,
esa
noche de luna estrellada
brindamos
por lo que no podíamos alcanzar.
Los
sueños se fueron en el viento
mecidos
por un vaivén de risas y alientos de uvas.
y
su corte residencial.
Luego,
de tantos brindis perdidos,
la
chicha fue un deleite, llenó de aroma
increíble
su celestial dulzor.
Toda
la tarde,
por
la mesa desfilaban con su mejor repertorio
haciendo
gala y honor los consagrados
y
los jóvenes aspirantes:
Cabernet
de Sauvignon, Chardonnay
Ultra
Premium, tintos, blancos.
Importados,
con alcohol, orgánicos.
Pinot
noir, Merlot,
Carménere,
una variedad de uvas y vasijas,
de
copas, vasos y jarras.
bajo
el parrón, el asado en el otro extremo,
nos
hizo entrar en juicio.
Dioniso
nos entretenía con su loco frenesí
e
invitamos a su padre,
a
todos los dioses mencionados al azar
y
pasó la tarde, se llenó de estrellas
el
ancho cielo,
Nos
dijimos muchas cosas, bulliciosas y románticas,
tristes,
y divertidas.
De improviso, enmudeció la música
y
el ceremonioso último brindis
nos
despertó con alboroto.
Embriagados
de miel y uvas
nos
dijimos adiós tantas veces,
tantas,… cuando ya amanecía.
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