viernes, 15 de diciembre de 2017

ACORRALADA


Sé que me sigue, lo huelo en el aire, aunque me esconda bajo la sombra, él atraviesa la niebla, separa el día de la noche, y borra la alegría de mis labios.
Lo detesto, no lo soporto, he dado aviso a la policía y lo detengan antes de que sea tarde, pero sigue ausente, no lo encuentran y temo que no alcance a llegar a mi destino. A pesar de ello, yo lo presiento en cada esquina, tras cada  árbol, su mirada penetrante hiere la tranquilidad de mi curso, y voy con  el grito a punto de estallar en mi boca.
Me sigue  a como dé lugar, no se cansa y yo me agoto, no puedo más. La gente me mira curiosa, tengo una actitud de defensa, lo veo en las pupilas de otros, camuflado, indolente. Sé que espera abandone  la guardia y me confíe para darme el zarpazo. Que cierre los ojos y me deje llevar por el descanso. No, eso no será, aunque me sienta acorralada, debo estar atenta y darle lo que se merece antes de que él termine conmigo.



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