La casa quedó en silencio al paso sigiloso de la cuarentena.
La oscuridad susurra por los rincones, palabras sombreadas
de incertidumbre escritas a lo
largo de la tarde.
Puedo escuchar los agudos bordes de sus sílabas
atravesar las paredes de la casa, llegar a mí en una plegaria.
Los adoloridos huesos de la casa
rechinan de vez en cuando,
buscan un momento en donde yacer lo imposible.
El libro se desliza de mis manos al caer
la noche en la ventana,
y se nublan mis ojos al respirar sombras penetrando la estancia.
Mientras el reloj fatigado se debate en marcar un tiempo suspendido
en una incógnita, sin saber hasta cuándo podrá continuar
ese desfase de horario.
Lo normal ya no existe, ni sueño ni pesadilla.
Es solo un deambular de pasos desde la puerta a la ventana,
un crujir mediático de palabras desarticuladas baten sus alas
desde las páginas abiertas del
libro.
No es una travesura la cuarentena impuesta, una condena o
un salva vidas a la epidemia que circula por las calles.
El miedo azota como agujas de lluvia la supervivencia de la raza humana.
Y aquí en la casa, en una espera
interminable,
siento los tentáculos de algo que acecha y abraza,
absorbiendo poco a poco el soplo de la vida.
Los huéspedes de la casa, dejan
sus habitaciones
y se pasean tranquilos por todas partes, tejen sus trampas, tocan sus
instrumentos, y dejan sus monótonas melodías
vagar libres sin sobresaltos, no
temen,
la epidemia es solo para
humanos, adultos mayores en riesgo
eminente.
Ahora, penetra la noche como alguien conocido sin golpear la puerta, y
los
fantasmas me vienen a hacer compañía.
Puedo percibir el latido de las paredes y mi corazón acelerado,
no sé qué pasará mañana, cuándo acabará el siniestro vaticinio que me
espera. ¿Cuándo?
Rosa Cerro Señora Marianela, una historia escrita de pura realidad.
ResponderEliminarIris Fernandez Hermoso relato. Lo copie en mi muro
ResponderEliminarMará Angélica Eres única para expresar lo que todos sentimos. ¡Felicitaciones!
ResponderEliminarCarmen Berenguer Me pillas en.medio de mucho trabajo que entregar. Adios Marianela excelente tu trabajo
ResponderEliminarCarmen Berenguer Muy bueno!
ResponderEliminar