La noche susurra con estrepitoso silencio
su poema ensopado de estrellas.
Viene lenta encendiendo el azul
y luce su traje cubierto de lentejuelas.
Penetra con
fogosidad los intersticios de la ventana
y abre su abanico de terciopelo sobre el comienzo
de los sueños.
Envuelta en su mágico poder me dejo llevar por escaleras
perdidas entre los hilos de mi almohada.
Dulces y amargos sueños vienen a mí ofreciendo su bagaje
de acertijos y otras hierbas.
Hay infinidad de ensueños para escoger:
lágrimas prendidas a una tela de araña,
aprensiones y delirios de primera clase,
ideas fijas cabalgan los espacios de la noche,
perjuro, estigma y fobias temblando al final
de la cuenta regresiva.
Sueños de amor y desamor se baten en un duelo
irresistible
invadiendo la piel en agonía.
Besos sedientos desnudan deseos insospechados,
escondidos en los vericuetos del alma
salen a danzar
junto a la sexualidad de la negra penumbra.
Algo pasa cuando cierras
los ojos cada noche,
caes en el abismo infinito de los sueños
sin voluntad te crecen alas y te llevan al umbral
del subconsciente,
en donde te deslizas
por las escaleras de la imaginación,
bajan y suben los pensamientos
en un fluir de conciencia sin rumbo fijo.
La noche con su majestuosidad muestra los caminos
bloqueados por deberes y prohibiciones.
Es el tiempo, se
abren las puertas
y vagas encendiendo los deseos reprimidos
liberado de todo, te adentras en otras dimensiones.
Sí, algo pasa, bajo la somnolencia de los párpados.
Joaquina Sánchez Fernández
ResponderEliminarMi más sincera enhorabuena .
gracias amiga Joaquina, seguimos escribiendo,, besitos.
ResponderEliminarJosefa Esteve Mahiques
ResponderEliminarenhorabuena
muchas gracias amiga Josefa, besitos.
ResponderEliminarCecilia Margarita Vargas Retamal
ResponderEliminarBello poema Marianela, cariños de Alejandrina.
muchas gracias amiga Cecilia, vamos con las propuestas jijiji, besitos.
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