I LA TIENDA
( Primer capítulo de la novela "El Libro")
Me encontré a boca
de jarro con un libro. Me miró fijamente, tanto que
me sentí como hipnotizada. Pronto reaccioné, bajé la vista y me dispuse seguir mi camino.
Pero algo me detuvo, no sé si fue una extraña voz, o el viento que
susurró en mi oído, lo cierto es que no pude mover mis pies de enfrente de esa vitrina. Claramente llegó a mi
entendimiento la palabra cómprame. Al
comienzo me asusté mucho, pensé que era
el sol que me hacía desvariar, pero lo escuché dos veces más y fue claro, salía del libro. Mis ojos estaban clavados en
él, y podía percibir que sus páginas se
movían como si una suave brisa las
ondulaba para mi sorpresa. Entré a la tienda, aturdida aún por el suceso, todo
estaba oscuro pues me había encandilado la luz del sol sobre la vitrina.
El tendero me miró con curiosidad y preguntó en que podía servirme, era
una tienda bazar de antigüedades y libros usados por eso le había intrigado que
una niña de doce años se interesara en su negocio.
Titubeé al señalar ese libro en
su vitrina. ¿Ese libro tan viejo te gusta?, preguntó. No supe qué contestar sólo
le di una pequeña sonrisa. El señor fue
hasta allí y abrió la ventana con una llave que tenía en un enorme llavero. Él sonriendo
dijo que tenía muchos candados y cerraduras con llaves en su local por eso lo
grande de su llavero. Lo miré y sólo afirmé con la cabeza.
El señor sacó el libro y lo sacudió después de cerrar la ventana e
introducir la llave dando varias vueltas. Jaja rió al mirar mi cara, lo hago para que no se
escapen las cosas que allí tengo. Me asusté,
entonces las cosas que él tiene allí
hablan y se mueven pensé. ¿Es
cierto? Jaja, nuevamente él sonrió, ¿te
gustan las intrigas? ¿Por qué?,
pregunté. Obvio, es el título del
libro que quieres llevar ¿no? Oh, sí, me
gusta resolver intrigas, exclamé sin pensar en lo que decía, y eso me hizo sonrojar. Ni siquiera
sabía el nombre del libro y tampoco sabía por qué lo quería comprar. Algo muy
raro me estaba pasando, tal vez tenía fiebre.
El tendero fue tras el mostrador y terminó de limpiar muy bien la
cubierta del libro. Qué extraño dijo, mirándolo, no sabía de este texto, ni
recuerdo cuando lo puse en la vitrina, muy curioso, ¿no? debe de tener varios
años allí, bueno la tienda era de mi padre y teníamos una señora que cada
semana venía a hacer el aseo de la
tienda incluida la vidriera que mi padre abría y siempre me decía, no
olvides cerrar con llave Miguel, es muy
importante cerrar con llave. Cosas de adultos mayores, claro que igual lo hago
jajaja, ¿qué te parece? Y ¿ahora ya no viene la señora?, le pregunté con tímida
voz. Por cierto, la verdad es que hace un año que no viene, ¿qué le habrá
pasado?, pues estoy tan ocupado que no me había dado cuenta. Gracias por
recordármelo niña. Tendré que poner un aviso para que alguien venga a sacudir los libros y las cosas ¿no te parece?
Afirmé con la cabeza.
¿Cuánto cuesta el libro, pregunté? Déjame ver... humm... unos tres mil pesos, pero para ti, será
gratis. ¿Cómo?, exclamé. Me caes muy bien, haremos un trato, te lo llevas y lo
lees, si te gusta lo pagas y sino lo devuelves, ¿estás de acuerdo?, pocos niños
vienen a esta tienda, tú eres muy especial, de solo ver el título de este libro,
me has dejado admirado. No quise
contarle que yo no había escogido ese libro sino todo lo contrario, el
libro me había escogido a mí.
Bueno, dame tu nombre para
anotarlo en mi cuaderno de libros prestados. ¿Usted presta libros?, pregunté.
Ah, pocas veces a los amigos nada más, vendo otras cosas como lámparas y muebles antiguos, algunas
joyas, espejos, en fin todo lo que ves aquí, los libros no son muchos y
prácticamente muy antiguos, por eso me has llamado la atención... ¿tu
nombre? Sara, respondí. Ah para otra vez te puedo prestar la Biblia,
don Quijote de la Mancha, el Mío Cid etc. Y tengo una colección de cuentos
maravillosos que te pueden interesar. Ya los leí, contesté al ver su colección
de libros infantiles. Oh, pero realmente eres una buena lectora ¿no?, sabes que
me has caído muy bien, estoy maravillado de conocerte, exclamó con una gran
sonrisa. Umm parece que este señor está
un poco chiflado, pensé mirándolo de reojo, mejor me voy de aquí.
Pero él al ver que me iba, me detuvo. ¡Espera Sara!, quiero pedirte que
vengas cuando quieras, siéntete como si los libros fueran tuyos, al fin dijo,
moviendo sus brazos en un afán de mostrarme todo el lugar, y en especial, los
libros que allí tenía.
Muchas gracias, señor, le musité con vergüenza, mi timidez no me dejaba
tranquila. No olvides el libro repitió, cuando quieras regresa, buscaré otros
libros de tu interés. Adiós, amiguita.
No sé porqué, cuando me volví a mirarlo, él estaba de espaldas y creo
que vi una enorme cola que le salía por
debajo de su chaqueta como si fuera la
cola de una rata. Me restregué los ojos con horror, y miré de nuevo, pero el señor estaba de
frente y me saludaba con su mano. Guau, no lo puedo creer, ¿estoy soñando y
viendo visiones?
Caminé con prisa hacia mi casa con
la duda en mi mente, ¿por qué ese señor fue tan amable?, poco faltó para que me regalara el libro, ¿quién
será?, nunca me había detenido en su vidriera, esto es algo muy extraño, creo
que si le cuento a mis padres me harán
venir a devolver el libro, mejor me espero un tiempo.
Esa tarde en mi cuarto se me ocurrió ver el libro, era curioso juraría
que el libro me habló antes de entrar a ese bazar, lo miré de todos los
ángulos, se veía muy antiguo, su portada
de cuero gastado y con algunas
áreas sin color. ¿Por qué se me ocurrió pedir este libro? No podía entender qué
me había pasado, aunque el título era muy curioso, “El libro de las Intrigas”,
obvio que deben ser historias extrañas, de dudas y problemas de enredos ,
traiciones, trampas, en fin, confabulaciones, me dije, mientras me disponía
a abrir su primera página, escuché la
voz de mi madre que me llamaba a comer.
Lo dejé sobre mi escritorio y bajé.
Rocío L'Amar como siempre, comadre, es un deleite leerte... felicitaciones.
ResponderEliminarmuchas gracias comadre que coste, es sólo el principio jijiji besitos de Marianela.
ResponderEliminarquerida Andrea, es el comienzo de una novelita con muchas aventuras que espero te gusten. Besitos de Marianela.
ResponderEliminarMaría Rosa Rodríguez Araya Entrete tu historia.
ResponderEliminarGracias maría Rosa, saludos de Marianela.
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