miércoles, 1 de marzo de 2017

CASA VACÍA


No puedo entrar
algo se detiene ante mí.
Eso, abre su boca abismo.
Es una casa vacía
donde el eco responde perdido  por los cuartos.
 Presiento  miles de ojos
encerrados en las paredes,
Argos observando al que viene y al que va.

Puertas y ventanas
arrulladas por memorias
que vagan en busca del descanso.

No, no  puedo traspasar el umbral
el vaho antiguo de un aliento
insiste en acariciarme,
sus palabras suspendidas
susurran mensajes
escritos en el fragor de  encuentros.

Un nombre asoma en mis labios
abre sus alas mustias
se aleja por extraño laberinto.

Tras la ventana alguien me contempla
en silencio,
sus ojos abarcan mi figura.
Más allá, en el fondo de su misterio
el eco responde palabras ininteligibles
y un sollozo  queda titilando en el espacio.

No, no entraré,
 el frío y la soledad
azotan mi rostro con nostalgias,
y ahora  habitan esta casa

que fue tan  nuestra...

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